Redazione RHC : 19 julio 2025 09:55
El uso cada vez más extendido de las tecnologías digitales ha abierto nuevas oportunidades para los ciberdelincuentes que operan en línea, dando lugar a un verdadero ecosistema de ciberdelincuencia. En este contexto, diversos actores pueden poner en peligro la ciberseguridad de personas, empresas y gobiernos.
En este artículo, nos centraremos en las tres categorías principales de ciberdelincuentes: quienes actúan con ánimo de lucro, los hacktivistas que utilizan sus habilidades con fines políticos o sociales, y los hackers patrocinados por Estados, que operan en nombre de gobiernos u organizaciones estatales.
Analizaremos el modus operandi de cada uno de estos actores, sus motivaciones, el daño que pueden causar y las consecuencias de sus acciones en la sociedad y la política internacional. También analizaremos las leyes que rigen la actividad de los piratas informáticos y las medidas que se pueden tomar para proteger los datos y la privacidad de los ciudadanos.
Es importante comprender la diferencia entre «hacker» y «ciberdelincuente» antes de profundizar en las diferencias entre los tipos de ciberdelito.
En general, un hacker es una persona que busca superar obstáculos con intelecto, talento e ingenio, a menudo motivado por un propósito ético, y así mejorar las tecnologías con las que trabaja. Por lo tanto, puede considerarse un innovador.
El hacking, en este sentido, está presente en todas las disciplinas, no solo en la informática. Por ejemplo, un hacker podría ser un artista que utiliza materiales no convencionales para crear obras de arte, un ingeniero que inventa nuevas formas de resolver problemas técnicos o un músico que crea un nuevo instrumento para generar nuevas melodías.
Un ciberdelincuente, por otro lado, es un hacker que utiliza estas habilidades para cometer delitos, a menudo con fines de lucro. Esto puede incluir el robo de información personal o financiera, dañar sistemas informáticos o propagar virus informáticos. A diferencia de los hackers éticos, los ciberdelincuentes buscan vulnerar los sistemas informáticos para su propio beneficio, a menudo económico, en lugar de generar valor para toda la comunidad.
En resumen, el hacking es una habilidad que puede utilizarse tanto con fines nobles como ilícitos.
Los «ciberdelincuentes rentables» son individuos o grupos que utilizan sus conocimientos informáticos para cometer delitos con fines de lucro. Estos delincuentes buscan obtener dinero u otros beneficios mediante el acceso no autorizado a los sistemas informáticos o datos de las víctimas.
Entre las actividades más comunes que realizan los ciberdelincuentes con fines de lucro se encuentran el robo de datos confidenciales como números de tarjetas de crédito, contraseñas, información financiera o personal, la propagación de virus informáticos, la extorsión de dinero a las víctimas, el secuestro de servidores web y el uso de los recursos informáticos de las víctimas para actividades ilícitas.
Los ciberdelincuentes con fines de lucro pueden actuar solos o en grupos organizados, a menudo de forma sigilosa y anónima. Utilizan sofisticadas técnicas de piratería informática e ingeniería social para engañar a las víctimas y penetrar en los sistemas informáticos. Su objetivo principal es obtener una ventaja económica, pero el daño causado a las víctimas puede ser significativo, tanto a nivel económico como reputacional.
Los actores del Estado Nacional son actores estatales que utilizan sus recursos y capacidades cibernéticas para impulsar la política exterior o la seguridad nacional. Objetivos mediante el hackeo y el ciberespionaje. Estos actores incluyen gobiernos, agencias de inteligencia y el ejército, que buscan obtener información confidencial (como propiedad intelectual) o dañar la infraestructura crítica de sus adversarios.
Los actores estatales nacionales utilizan sofisticadas técnicas de hackeo e ingeniería social para comprometer los sistemas informáticos de sus objetivos, y pueden operar tanto de forma encubierta como furtiva, así como abierta y manifiesta. Sus actividades de hackeo pueden incluir el robo de información sensible, la manipulación de datos, la interceptación de comunicaciones, el sabotaje de infraestructura crítica y otras actividades de ciberespionaje.
Los actores estatales nacionales pueden actuar de forma independiente o en colaboración con otros actores estatales o no estatales. Sus actividades pueden causar daños significativos a la seguridad nacional y a la privacidad de los involucrados.
Los «hacktivistas» son individuos o grupos de hackers que utilizan sus habilidades cibernéticas para promover el activismo político, social o cultural. Buscan usar técnicas de hacking para promover la libertad de expresión, la transparencia, la justicia social y otros objetivos políticos mediante la acción directa en línea.
La «Declaración sobre Hacktivismo» de los CDC, o «Culto a la Vaca Muerta», fue una declaración publicada en 1996 por un grupo de hackers estadounidenses que ayudó a definir el concepto de «hacktivismo». La declaración estableció un conjunto de principios fundamentales para la acción hacktivista, incluyendo la defensa de la libertad de expresión y la protección de la privacidad en línea.
El El movimiento hacktivista surgió a mediados de la década de 1990, cuando el creciente acceso a internet permitió a cada vez más personas acceder a la información y comunicarse entre sí. Muchos grupos de hackers comenzaron a utilizar sus habilidades cibernéticas para promover objetivos políticos y sociales, como la lucha por la libertad de expresión, la transparencia y la justicia social.
Con el paso de los años, el movimiento hacktivista ha crecido y evolucionado, adoptando diferentes formas y empleando distintas tácticas para lograr sus objetivos. Las actividades de los hacktivistas incluyen la desfiguración de sitios web, la difusión de información clasificada, la creación de software libre y la organización de protestas en línea.
El movimiento hacktivista ha generado debate sobre la legitimidad y la eficacia de la acción directa en línea, pero también ha contribuido a concienciar sobre importantes cuestiones políticas y sociales, como la libertad de expresión, la privacidad y la justicia social.
En Italia, la ciberdelincuencia está regulada por el Código Penal y la Ley 48/2008, que introdujo nuevas disposiciones sobre ciberdelincuencia y ciberseguridad.
El Código Penal italiano tipifica diversos tipos de ciberdelincuencia, como el acceso no autorizado a un sistema informático, la violación de secretos informáticos, la difusión de virus informáticos, el fraude informático, los daños informáticos, el fraude informático y otros delitos informáticos.
La Ley 48/2008 introdujo el delito de ciberacoso, o acoso electrónico de una persona, y reguló la conservación de datos de tráfico de comunicaciones electrónicas, incluidos los datos de navegación en internet.
En Italia, las autoridades competentes para la investigación y el enjuiciamiento de los delitos informáticos son la Policía Postal y de Comunicaciones y el Ministerio Fiscal del Tribunal competente.
Es importante destacar que el ciberdelito es una realidad en constante evolución y que la legislación italiana evoluciona en consecuencia para contrarrestar las nuevas amenazas y formas de ciberdelito que surgen constantemente.
En conclusión, hemos visto que el mundo de la ciberdelincuencia está compuesto por diferentes actores, incluyendo ciberdelincuentes con ánimo de lucro, hacktivistas y hackers patrocinados por el Estado, cada uno con diferentes motivaciones y objetivos. También hemos analizado la legislación sobre ciberdelincuencia en Italia, que ha evolucionado a lo largo de los años para contrarrestar las nuevas ciberamenazas.
Es evidente que la ciberseguridad se ha convertido en un tema cada vez más importante, tanto para las empresas como para las instituciones gubernamentales. Por lo tanto, es fundamental que las empresas y los organismos gubernamentales se doten de las herramientas y políticas adecuadas para proteger sus sistemas informáticos y los datos confidenciales de sus usuarios.
Además, es importante concienciar a la población sobre los problemas de ciberseguridad para prevenir el riesgo de ser víctima de ciberataques. Solo mediante una mayor concienciación y atención a los problemas de ciberseguridad será posible contrarrestar eficazmente la creciente amenaza de la ciberdelincuencia.
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