Redazione RHC : 15 agosto 2025 19:11
Parece que Estados Unidos ya ha considerado seriamente el concepto de guerra autónoma. El avión de combate autónomo de DARPA, capaz de realizar combates sin tripulación, ya no se considera un gran avance: la agencia ha pasado a la siguiente fase de desarrollo, con el objetivo de crear sistemas capaces de controlar un grupo de aviones de combate en misiones conjuntas fuera del alcance visual.
El nuevo programa de DARPA, Refuerzos de Inteligencia Artificial (AIR), se basa en el proyecto Evolución del Combate Aéreo (ACE), que enfrentó a F-16 equipados con IA contra aeronaves tripuladas en un combate aéreo de entrenamiento. El objetivo es aumentar la autonomía hasta el punto de que estas aeronaves puedan operar en formación, coordinándose a largas distancias y en entornos de combate complejos. El programa forma parte de una militarización más amplia de la IA que genera preocupación sobre su seguridad.
Aunque AIR se lanzó después de ACE, el concepto en sí no es nuevo: la primera solicitud del programa se publicó en 2022. Esta semana, DARPA otorgó discretamente a Systems & Technology Research (STR) un contrato de 11,3 millones de dólares bajo la denominada «Opción Uno». Según explicó la agencia, esta ya es la segunda de las dos fases planificadas del programa, lo que indica que el proyecto está avanzando.
Al principio de AIR, el programa contaba con seis contratistas, pero en la segunda fase, el número se redujo a cuatro. STR es responsable de una de dos áreas técnicas clave: el desarrollo de algoritmos que permitirán la ejecución distribuida y autónoma de misiones tácticas en tiempo real en entornos inciertos, complejos y en constante cambio. La segunda área implica la creación de modelos rápidos y precisos que puedan considerar la incertidumbre y mejorar automáticamente a medida que se acumulan datos.
Según la documentación inicial, se espera que AIR utilice sistemas de sensores, sistemas de guerra electrónica y armas existentes. Las fases de prueba incluirán simulaciones, luego pruebas con un humano en el circuito de control y, finalmente, pruebas en un avión de combate no tripulado real. Ya se han demostrado desarrollos similares: el Ejército de EE. UU. ha creado un sistema robótico capaz de derribar drones de forma autónoma.
Además de STR, Lockheed Martin y BAE Systems también participaron en el proyecto, pero DARPA aún no ha anunciado quiénes participarán exactamente en la segunda fase: la selección de participantes aún está en curso. Los detalles del trabajo de la primera y la segunda fase se mantienen confidenciales, pero se sabe que la siguiente fase durará aproximadamente 30 meses y cubrirá el resto del programa.
La pregunta de cuándo los pilotos se verán obligados a ceder ante la inteligencia artificial sigue abierta. Y mientras los desarrolladores prueban la autonomía táctica, los críticos no descartan escenarios más inesperados, hasta el punto de que un avión de combate autónomo decida abandonar una misión de combate. Los expertos advierten que la expansión de la IA militar podría hacer que el mundo sea menos seguro, ya que la IA comete errores y las consecuencias pueden ser fatales. La comunidad internacional está intentando desarrollar un pacto global contra la IA militar.
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