Redazione RHC : 16 julio 2025 09:57
Los ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) son una de las amenazas más comunes para sitios web, servidores y otras infraestructuras en línea. En concreto, este tipo de ataque intenta saturar los servidores objetivo con una gran cantidad de solicitudes de tráfico, impidiendo que los usuarios legítimos accedan a los recursos en línea. En este artículo, examinaremos cómo se producen los ataques DDoS, las técnicas que se utilizan actualmente, quiénes los llevan a cabo, las soluciones que ofrece la ciberdelincuencia y cómo mitigarlas.
Los ataques DDoS se llevan a cabo principalmente mediante botnets, que son un conjunto de ordenadores infectados con malware. Estos ordenadores, también conocidos como bots, están controlados por un ciberdelincuente que los utiliza para enviar una gran cantidad de solicitudes de tráfico anómalas a un servidor objetivo.
Este proceso de envío de tráfico se produce de forma simultánea y coordinada entre todos los bots, lo que dificulta que el servidor distinga las solicitudes legítimas de las maliciosas. Los ataques DDoS pueden llevarse a cabo mediante varios métodos.
Existen muchas formas de ataque que permiten a personas malintencionadas comprometer la disponibilidad de los servicios en línea saturando la red o sobrecargando el servidor. Este capítulo proporciona una lista de las técnicas de ataque DDoS más comunes, como la inundación TCP SYN, la inundación UDP, la inundación HTTP, la inundación ICMP y otras.
Comprender las diferentes técnicas de ataque DDoS es esencial para tomar las medidas de seguridad adecuadas para mitigar estos ataques y proteger su infraestructura en línea. De esta manera, las empresas y los usuarios finales pueden mantener sus servicios disponibles y en funcionamiento, a la vez que protegen su reputación y la confianza de los clientes.
Los ataques DDoS pueden estar motivados por una variedad de razones, incluido el ciberhacktivismo, la rivalidad entre naciones o grupos o el deseo de extorsionar dinero.
El ciberhacktivismo es una forma de protesta en línea que tiene como objetivo promover una agenda política o social. Los ataques DDoS son una de las técnicas más populares que utilizan los hacktivistas para inhabilitar los sitios web o servicios en línea de organizaciones o entidades que consideran responsables de comportamientos incorrectos o injustos.
Además, los ataques DDoS pueden utilizarse como arma en conflictos internacionales. Por ejemplo, durante el conflicto entre Rusia y Ucrania, se produjo un aumento significativo de ataques DDoS, presumiblemente debido a la rivalidad entre ambas naciones.
Finalmente, los ataques DDoS pueden utilizarse como táctica de extorsión, especialmente después de un ataque de ransomware. En este caso, los atacantes amenazan con intensificar los ataques DDoS a menos que la víctima pague el rescate exigido para restaurar el acceso a sus datos.
En general, los ataques DDoS son un método relativamente económico y sencillo de causar daños en línea y representan una amenaza para la ciberseguridad global. Es importante que las organizaciones tomen las medidas de seguridad adecuadas para mitigar los ataques DDoS y evitar que sus sistemas se vean comprometidos.
Un ataque DDoS puede causar diversos daños a un sistema informático o a toda una red. Estos son algunos de los posibles efectos negativos de un ataque DDoS:
Existen algunas medidas que las organizaciones pueden tomar para mitigar los ataques DDoS, incluidos los «ataques HTTP lentos». Aquí hay algunas sugerencias:
Para ataques http lentos, una solución anti-DDoS que pueda detectar y bloquear paquetes de tráfico malicioso puede ser efectiva, pero también hay otras medidas que pueden ser útiles:
En general, las organizaciones deben tomar diversas medidas de seguridad para proteger sus sistemas de ataques DDoS y deben estar preparadas para responder con prontitud en caso de un ataque.
Siempre dentro de las «Mitigaciones» de los ataques DDoS está el «geobloqueo». El geobloqueo es una técnica que se utiliza para mitigar los ataques de denegación de servicio distribuido (DDoS) bloqueando el tráfico entrante procedente de países o regiones geográficas específicos.
Esta técnica se basa en la idea de que los ataques DDoS suelen originarse en botnets compuestas por ordenadores o dispositivos infectados ubicados en todo el mundo, pero concentrados en un número limitado de regiones geográficas. Por lo tanto, bloquear el tráfico entrante procedente de estas regiones puede reducir significativamente el impacto del ataque DDoS en el sistema o la red.
El geobloqueo se puede implementar mediante diversos métodos, como el uso de software de cortafuegos o servicios de mitigación de DDoS que permiten seleccionar las regiones geográficas que se bloquearán. Es importante tener en cuenta que el bloqueo geográfico no es una solución completa para mitigar DDoS, ya que también puede bloquear el tráfico legítimo de los usuarios en esas regiones geográficas. Por lo tanto, el geobloqueo debe usarse con precaución y en combinación con otras técnicas de mitigación de DDoS.
El cibercrimen ofrece diversas soluciones Alquilar botnets y realizar ataques DDoS, a menudo a través de la web oscura o mercados clandestinos en línea. Estas soluciones incluyen:
Es importante tener en cuenta que el uso de estos servicios ilegales está penado por la ley y puede tener graves consecuencias para las personas involucradas. Además, las organizaciones deben conocer la existencia de estas soluciones y tomar las medidas de seguridad necesarias para proteger sus sistemas de ataques DDoS.
En conclusión, los ataques DDoS representan Una amenaza grave para los sistemas informáticos y las redes. Los ataques DDoS pueden utilizarse para interrumpir servicios en línea, inhabilitar datos y dañar la reputación de una organización. Sin embargo, existen diversas técnicas para mitigar los ataques DDoS, como la protección a nivel de red, el uso de servicios de mitigación de DDoS y el geobloqueo.
La protección a nivel de red, como el uso de cortafuegos y enrutadores con funciones anti-DDoS, puede ayudar a filtrar el tráfico y proteger los sistemas y las redes de ataques DDoS. Sin embargo, los ataques DDoS a gran escala pueden superar la protección a nivel de red.
Los servicios de mitigación de DDoS, como los que ofrecen los proveedores de seguridad especializados, pueden ofrecer una protección más avanzada y personalizada contra ataques DDoS. Estos servicios utilizan técnicas sofisticadas para analizar el tráfico de red en tiempo real y filtrar el tráfico de ataques, protegiendo así los sistemas y redes de la saturación y el tiempo de inactividad.
Finalmente, el geobloqueo puede utilizarse para bloquear el tráfico procedente de países o regiones geográficas específicos. Esta técnica puede reducir el impacto de los ataques DDoS, pero debe utilizarse con precaución para evitar bloquear el tráfico legítimo procedente de estas regiones.
En resumen, la protección contra ataques DDoS requiere un enfoque multifactorial, que implica el uso de múltiples técnicas de mitigación y la evaluación y mejora constantes de la seguridad de la red.
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